Creo que en la vida todo ocurre por algo, y posiblemente nosotros formamos nuestro destino.Pero cuando tu mente es la culpable, de jugarte malas pasadas...
Recuerdo que esta vez me sentí mucho peor que la primera vez, esta vez sabía que en el fondo esto duraría tiempo... En aquel entonces, en mi pensamiento estaba, que los 18 los cumpliría entre aquellos barrotes, que privaban mi libertad.
Me lamentaba, de haber sido tan estúpido de creer que mi progenitor aun sentía cariño por mí, por intentar tener una buena relación terminé separado de la persona que mas me ha querido, y me quiere del mundo.
Para el colmo, tenía que acoplarme a las mismas normas, mismas personas, y por algún motivo, seguir en el colegio religioso al que iba con anterioridad.
Cierto es que volví a tener suerte, porque el centro era el mismo de la otra vez, pero algo dentro de mi sabia que de ahí, iría a otro lugar.
Las noches eran mi calvario, mi música mi momento de relax, y mi fantasía infantil e inmadura, eran mi momento de evasión del mundo, y mis peluches (los dos que me permitían tener) eran mis mejores amigos.
...Ser el centro de las miradas, es algo que para muchos, puede ser excitante; los populares suelen ser aquellos, que en muchos casos suelen ser admirados por la mayoría del instituto, suelen ser admirados por sus actos, sus proezas, sus buenos actos...entre otras cualidades, también están los que pasan desapercibido, y ahí me gustaría haber estado, es cierto que en cierto modo siempre me ha gustado el significado de la fama, el glamour, el ser una persona popular repleta de amigos...pero en aquella época desee ser el fantasma, el chico ese que pasa desapercibido y que no miran, quería dejar de ser el niño al que señalaban con el dedo, quería dejar de ser el chico al que todos miraban, criticaban y seguramente se mofaban, en el momento que simulaban sentir lástima por mí.
Me encerré en mí mismo, y actué a la defensiva en múltiples casos, y sin quererlo aleje de mí a mucha gente, que me cogió cariño, creo que me comporte como un niñato que culpaba al mundo, de algo que en cierto modo yo busqué.
Olvidé que no estaba solo, mientras creí que si, y yo mismo no valore lo que tuve, y deje escapar a aquellos que me querían o al menos es lo que quiero pensar, que fue culpa mía, y que se marcharon por algo que hice, porque pensar que no hice nada y se marcharon, es una puñalada que puede no cicatrizar.
Pero a pesar de eso, sabía que para alguien si era alguien, su mundo, y ese alguien es mi madre, que nunca ha dejado de quererme.
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