domingo, 15 de enero de 2012

Ese momento fue muy doloroso, pero aun quedaba mucho día por delante, serian las 12 del mediodía cuando llegue al CAI en un principio me sorprendió porque yo resultaba ser el mayor de allí, 15 años era mi edad y los demás podrían tener entre 4 y 10 años, y casi todos por una situación similar a la mía, es duro ver como un director te habla de papeles que tú niegas, que tu das tu versión, es muy muy duro ver que dices la verdad y que no te crean, pero como se suele decir "QUE EL TEMOR A FALLAR, NO TE IMPIDA JUGAR", 
así que tenia que seguir con mi versión y luchar por mi verdad, así mismo la verdad de mi madre que era nuestra verdad, la auténtica verdad existente, aunque para eso tendríamos mucho camino por delante, tras un rato hablando con el director del centro me tocó conocer la que sería mi habitación, conocer a mis compañeros como así las normas que tendría que cumplir en mi estancia en el centro de menores.
Enseguida congenie con los niños y niñas que allí habían, pero yo con la mínima rompía en llanto, casi no hallaba el consuelo, pero  recuerdo una de la cocineras Pino que según me vio a mí acudió a consolarme y pronto deje de llorar, era la hora de comer...
Tras comer llegó la tarde y tras un rato con aquellos chicos pude hablar con mi madre la cual apenada no encontraba consuelo, fue una llamada breve las normas no permitían mas de 15 minutos, aunque pude hablar unos 30 minutos gracias a una de las monitoras que allí trabajaba, Silvia que se compadeció de mi al instante,...
Llegaron las 20.00 horas y con ello la hora de cenar, y seguido la hora de dormir, a las 21.00 horas me encontraba en aquella cama sin conciliar el sueño con mi reno de peluche como única compañía,y mi compac disc puesto a bajo volumen provocó que tras un buen rato llorando conciliase el sueño...

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